inteligencia emocional

La inteligencia emocional aplicada a la vida diaria Por Rodrigo Ramírez Campos. De todos los tipos de inteligencia que hay, la mejor de todas es la que podemos aplicar en nuestra vida diaria para el logro de nuestros objetivos, y la solución de nuestros conflictos. Pero igual ha como sucede con todo en la naturaleza, en la cual las cosas no se hacen solas, la inteligencia es un don que se cultiva a diario, tal y como el fisicoculturista cultiva su cuerpo. Debemos entrenar nuestra mente dándole el conocimiento que necesita, luego forzarla a aplicarlo a las situaciones en las que queremos tener éxito, y así nuestra mente desarrollara nuevas habilidades que nos darán el triunfo en nuestros propósitos. Si bien aquel que tiene buenos niveles de atención, memoria y agilidad mental puede ser muy diestro para muchas cosas, no son determinantes del éxito. Se puede tener muy buena memoria y a pesar de ello no ser muy inteligente. Para ser inteligente debemos aprender a ENFRENTAR LA VIDA, tal y como lo hace un buen estudiante en el colegio cuando se le presenta un tema de estudio. El estudiante pasa largo rato pensando la solución, haciendo ejercicios, y buscando la respuesta correcta. Del mismo modo, frente a los conflictos que nos presenta la vida, debemos aprender a hacerle frente, y respecto a las cosas que queremos, debemos aprender a lograrlas. La inteligencia aplicada a la vida diaria nos da la capacidad de adaptarnos de la mejor manera a nuestro entorno, aprovechar de manera eficiente los recursos que tenemos, y lograr fácilmente aquello que deseamos. Esta inteligencia se puede aplicar en la seducción para lograr estar junto a la persona que deseamos, aplicarla para ser muy eficientes en nuestro trabajo y lograr reconocimientos, y aplicarla para lograr conservar la salud de nuestro cuerpo. Cada vez nos sentiremos más bloqueados para encontrar la solución a nuestros conflictos. Las actividades en las que somos solo espectadores; como la televisión, o las actividades monótonas, como hacer la misma cosa a diario en nuestro trabajo, son actividades pasivas que no exige ningún esfuerzo a la mente. En cambio actividades como los videojuegos, incluso chatear con un nuevo contacto, desarrolla cierto tipo de habilidad mental. Pero; ¿qué tal si desarrollamos nuestra habilidad mental buscando solución a nuestros conflictos? La inteligencia emocional, te ayuda a comprender las emociones de los demás, y como comunicarte de manera adecuada. La inteligencia sexual y de seducción te ayuda a entender la manera de lograr lo que quieres respecto al sexo contrario. La inteligencia para los negocios te puede hacer rico; pero lo más importante es la inteligencia que desarrollas específicamente para solucionar tu vida y que difiere de cualquier tipo de inteligencia, y estas son las claves. CONCLUSIÓN Toda cosa que no enfrentemos en nuestra vida o que no hagamos, se irá acumulando y convirtiéndose una carga cada vez más pesada. Las cosas no se hacen por si solas, y en lo que se refiere a nuestra vida, nosotros somos los únicos interesados y los únicos que deben realizarlas. Se trata entonces de abandonar las actividades pasivas, en las que vemos cómo pasa el tiempo y como los demás son los que ejecutan la acción. Se trata de abandonar ese tiempo perdido en el que pasamos quejándonos, y también el de abandonar el espacio que dedicamos a pensar en las cosas que no tenemos o que no podemos hacer. Esto hará que desarrollemos cada vez más inteligencia y más talentos para solucionar las situaciones cotidianas. Nuestra vida será liviana, y nos quedara mucho tiempo para disfrutar de tantas cosas bonitas que tiene la vida. Debemos reemplazar todo nuestro tiempo desaprovechado, en hacer las cosas por nosotros mismos, en enfrentar las situaciones que se nos presentan a diario. La inteligencia no es un don con que se nace, sino que es una habilidad que se desarrolla con enfrentar las situaciones que ocurren a lo largo de nuestra vida. Aunque es cierto que los genes ayudan, esto no determina nuestra vida, ya que siempre tenemos el poder de tomar decisiones, y el poder de aprender.